Los préstamos participativos son prestamos en los que se fija que el proveedor de fondos, más allá de la recompensa ordinaria por medio de intereses, obtiene una retribución dependiente de los resultados alcanzados por el destinatario de los fondos.
a) La entidad crediticia percibirá una remuneración variable que se determinará de acuerdo con la progresión de la operación de la compañía que recibe el préstamo. El criterio para calcularlo podrá ser: el ingreso neto, el volumen de negocios, el patrimonio neto o cualquier otro que libremente acuerden las partes en contrato. Además, pueden establecer una tasa fija sin relación con la evolución de la actividad.
b) Los individuos afectados por el acuerdo pueden acordar una cláusula sancionadora para el caso de reembolso anticipado. En todo caso, el prestatario únicamente podrá devolver prematuramente el préstamo participativo si dicho abono se compensa con un aumento de su misma cuantía de capital propio y siempre que éste no derive de la renovación de activos.
c) Los préstamos participativos con respecto a la jerarquía de créditos, se situarán tras los acreedores habituales.
d) Los créditos participativos se computarán como capital neto a efectos de reducción de capital y liquidación de sociedades establecidas por la legislación.
Cual es su regulación
Los préstamos participativos se encuentran regulados en el artículo 20 del Real Decreto-Ley 7/1996 sobre medidas urgentes a nivel fiscal, y de impulsar y potenciar la acción económica, así como, la Ley 10/1996 de 18 de diciembre, de medidas fiscales de emergencia para la corrección de la doble imposición interna entre empresas y para fomentar la internacionalización de las compañías.
Con qué intención se introdujeron estos préstamos
Los préstamos participativos fueron traídos al Derecho mercantil y fiscal por medio del artículo 20 del Real Decreto-Ley 7/1996. Estos sirven para atraer inversores que compartan el riesgo en el negocio del prestatario. Esta participación del riesgo se manifiesta de dos formas: el acreedor en caso de insolvencia, se colocará por debajo de los demás acreedores y la rentabilidad del préstamo dependerá del desempeño de la actividad del prestatario (beneficios brutos, volumen de operaciones, capital total o cualquier otro indicador). Además, es posible pactar un tipo de interés aparte de estos factores.
Para los préstamos participativos otorgados antes del 20 de junio de 2014, los intereses variables (conectados con el desempeño de la actividad) eran deducibles fiscalmente para el prestatario y constituían un ingreso tributable para el prestamista. Si estos préstamos se contrataban entre partes vinculadas, los intereses variables también debían ajustarse al Principio de Libre Competencia o de valoración de mercado descrito en el artículo 16 de la antigua Ley 43/1995 y el posterior texto refundido de la Ley del Impuesto sobre Sociedades, lo que implicaba diversas dificultades para llevar a cabo un Análisis de Comparabilidad.
Cómo amortizar un préstamo participativo
No se admite la libre cancelación anticipada. Puesto que se considera que el préstamo participativo cuenta como patrimonio de la empresa, si se pudiera pagarse en cualquier momento reduciendo el valor de la misma, los acreedores estarían en una posición menos favorables que el prestamista. Por tanto, la liquidez de la compañía se destinaría a saldar estos préstamos en lugar de satisfacer a los proveedores.
Dichos contratos pueden incluir una cláusula de penalización por cancelación anticipada. El prestatario sólo tendrá permitido cancelar anticipadamente si aporta una cantidad igual de fondos propios, que no puede provenir de la revalorización de bienes. Si tienes dudas, puedes consultar más información sobre los préstamos participativos en APF Consultores
Préstamo participativo: Ventajas
Entre las principales ventajas:
Posibilidad de ajustar la devolución según el rendimiento de la organización, lo que significa que no se retornará el principal si el negocio no logra obtener ganancias. Amplios períodos de carencia y amortización, lo que lo hace ideal para empresas en etapas iniciales. Esto permite una inyección de liquidez, y si el emprendimiento es exitoso, devolviendo el préstamo completo, de lo contrario no. La entidad financiera, al participar en los ingresos de la empresa, garantiza que tendrá un enorme interés en que el proyecto sea viable, además, será flexible con relación a los intereses, plazos y capitales. La remuneración es deducible fiscalmente
Qué desventaja tiene un préstamo participativo
Es necesario compartir parte de las ganancias con los acreedores. Por lo tanto, aunque ayuden a crecer a la compañía, también recibirán su porción de los beneficios. El prestamista podría exigir cierto control para asegurarse de que la empresa continúe su desarrollo de forma favorable.
De esta forma, se minimiza la amenaza derivada de una decisión errónea que cause pérdidas monetarias a la organización y, como consecuencia, no garantice el reembolso del préstamo.